Estuvimos en Viña un Día: 2014, un año para jugarse el todo o nada
Llegamos al año 2014, un año donde sencillamente todo estaba en juego de cara a la licitación de los derechos del certamen por un nuevo período. Un año donde hubo de todo: cambio de animadora, artistas consagrados, algunas sorpresas, polémicas varias y un bochorno de aquellos que pudo haberse evitado. Lo único que no estuvo presente fueron las noches temáticas que si estuvieron en la versión de 2013.
La nota es de Emilio Freixas.
Licitación a la vista
Cada Festival tiene su afán en Viña del Mar. Sin embargo, nunca había quedado la sensación en el ambiente que hubiera tanto en juego en un Festival.
¿La razón? En 2014, Chilevisión terminaba su período a cargo de la transmisión y producción del certamen. Por lo tanto, tan pronto se bajara el telón, la licitación por el período 2015-2018 estaría a la vuelta de la esquina y por lo tanto había que prepararse para ello.
Y cuando la sintonía ha estado marcada por verdaderos altibajos, llega un momento en que jugarse el todo o nada no es una opción, sino una obligación si quieres mantener un negocio donde la inversión puede ser tan fuerte como el retorno. Y lo que es peor. a pesar de ser siempre un secreto a voces, entre los canales de televisión abierta ya habían adelantado el golpe: Chilevisión no la tendría fácil en la licitación.
Como muestra un botón: el entonces director ejecutivo de Canal 13, David Belmar, señaló sin anestesia que «(…)si nos presentamos, será para ir a ganarlo y sino, no nos presentamos”.
Con ese panorama, el ex-canal universitario dependía en buena parte del desempeño de Viña 2014 para saber cómo enfrentaría el proceso, aunque los detalles de la licitación en sí las revisaremos en el próximo artículo.
Lo bueno no siempre repite
En el artículo anterior señalábamos lo acertado que fue la instauración de las noches temáticas en Viña 2013. Por lo mismo, era incomprensible que un formato que ayudó a levantar la sintonía del certamen no fuera replicado con una licitación ad-portas.
No obstante, se logró un buen balance en general entre la oferta de los artistas invitados, aunque no exento de polémica.
Para empezar, la mexicana Lucero había sido confirmada como una de las grandes cartas del show internacional. Sin embargo, tras una polémica producida por unas imágenes en las que se la veía cazando animales, en donde incluso la propia alcaldesa Virginia Reginato salió al ruedo solicitando a la organización y producción del Festival «evaluar el impacto de dichas imágenes en el normal desarrollo del evento, finalmente la «Novia de América» decidió cancelar su presentación.
Tras la bajada de Lucero, se anunció que el también mexicano Alejandro Fernández sería su reemplazo en el escenario de la Quinta Vergara, sin embargo tuvo que cancelar su presentación luego de que sufriera un accidente mientras esquiaba en Colorado, lo cual le provocó una lesión en la rodilla derecha y debió guardar reposo durante las siguientes semanas. Su presentación fue finalmente reemplazada por el español Raphael.
Otro de los cambios en esta versión recayó en la animación: Carolina de Moras fue confirmada en reemplazo de Eva Gómez como dupla de Rafael Araneda.
Con estos antecedentes, el cantante puertorriqueño Ricky Martin abrió la primera noche, quien con un show de casi dos horas se llevó todos los premios. Luego fue el turno de los humoristas chilenos Los Locos del Humor, cerrando el show la banda chilena Los Tres.
La segunda jornada estuvo cargada de sorpresas. La italiana Laura Pausini, protagonizaría un verdadero reencuentro con el público viñamarino tras su primera presentación en 1997 obteniendo todos los premios. Pero su reencuentro también fue con los propios medios acreditados en la carpa de prensa de la Quinta Vergara. A tal punto, que ya en plena conferencia y contra todo pronostico, la intérprete de éxitos como «La Soledad» habló de todo y con todos por aproximadamente media hora, a pesar de los requerimientos de su propio staff. Un lujo que solo los grandes pueden darse.
Luego llegó el turno del humorista Jorge Alis, quien pasó de ser uno de los candidatos a ser devorados por el «Monstruo» a prácticamente la revelación del humor en la Ciudad Jardín ese año, llevándose también los 4 reconocimientos del público. El cierre en tanto de la segunda noche estuvo a cargo del gran Fito Páez. El «Genio de Rosario» también se llevó todos los premios tras 80 minutos de show, a pesar de salir a escena pasadas las 2.15 de la madrugada.
La tercera noche el espectáculo se inició con la actuación de la mexicana Ana Gabriel, quien no sólo recibió los 4 galardones sino que también el premio a la Artista más popular de este certamen.
Sin embargo, la actuación del humorista nacional Rudy Rey, nos recordó que en Viña los errores se pagan caro. 26 minutos logró permanecer en el escenario antes de marcharse entre las pifias del «Monstruo» y sin premio alguno. Y si somos honestos, la sacó barata, puesto hubo humoristas a lo largo de la historia del certamen que duraron menos tiempo.
El error fue una rutina sin un claro hilo conductor y que sólo él y sus amigos entendían, según consignó el diario “La Estrella” de Valparaíso.
Pero lo peor de todo vino durante la conferencia de prensa tras su sufrida presentación en la Quinta Vergara: lejos de asumir responsabilidades por su fracaso, se defendió, y simplemente señaló que su actuación “no fue un fracaso, sino una experiencia”.
Y no sólo eso: reconoció que se iba con la amargura de no haber recibido ningún premio y que le hubiera gustado tener la oportunidad de que los animadores “me volvieran a llamar al escenario como ha pasado en otras ocasiones”
Finalmente, y a pesar de la hora, el español Raphael no sólo tuvo la capacidad de brindar un tremendo espectáculo, sino que tuvo la capacidad como pocos de mantener a un 70% del público en el espectáculo, algo no menor, toda vez que se trata de la primera vez que tantas personas se mantuvieron hasta pasadas las tres de la madrugada. Frente a eso, no se necesita buscar una justificación para haberse llevado todos los premios. Raphael sigue siendo aquel, no importa cuanto pasen los años.
Llegamos a la cuarta noche, una jornada bastante diversa que comenzó de manera potente con la presentación del grupo chileno La Ley, que en aquella oportunidad contó con la presencia de Zeta Bosio, el ex-bajista de la mítica banda argentina Soda Stereo. Su presencia no fue por nada: el show estuvo plagado de emociones, ya que además de interpretar sus éxitos más reconocidos durante su presentación homenajearon a su ex-compañero Andrés Bobe, fundador de la banda fallecido en 1994 y al músico argentino Gustavo Cerati, quien en ese momento se encontraba en coma desde el año 2010 tras un accidente cerebrovascular, antes de fallecer el 4 de septiembre de ese mismo año 2014 producto de un paro cardiorrespiratorio. Como era de esperarse, se llevaron todos los premios.
Acto seguido se presentaron el colombiano Carlos Vives y el cantante nacional Gepe (este último en calidad de miembro del jurado), obteniendo en ambos casos todos los premios. No obstante, lo más raro (por no decir bohornoso) quedó para el final: cerca de las 4 de la madrugada, horario inédito en toda su historia para una transmisión televisiva del certamen, el dúo reggaetonero Yandar & Yostin, con un sólo tema sonando en las radios chilenas por entonces («Te pintaron pajaritos»), salió a escena ante un público más que escaso. Aún más raro: la transmisión televisiva fue cortada tan pronto terminaron de interpretar el tema antes mencionado que fue el primero del setlist y que fue repetido por los menos dos veces más antes de retirarse pasadas las 4 y media de la madrugada. Un show para el anecdotario o sencillamente para el olvido en el escenario viñamarino.
Tras semejante bochorno, la quinta noche mostró una verdadera diferencia entre una y otra jornada: el británico Rod Stewart, el plato fuerte de Viña 2014, el mismo que inauguró la era de los megaconciertos en Chile, abrió los fuegos ese día como sólo él sabe hacerlo. 1 hora y 45 minutos de show fueron suficientes para que se llevara todos los premios. Más que merecido; después vino el turno de Gigi Martin en el humor, quien por primera vez se presentaba en solitario en la Ciudad Jardin tras dos exitosas presentaciones (en 1998 y 1999) junto al comediante Mauricio Flores como parte del duo Melón y Melame. 40 minutos le bastaron para conquistar al «Monstruo»; Luego llegó el turno de la española Paloma San Basilio, cuya presencia en la Quinta Vergara formó parte de una gira de despedida tras 40 años de fructífera treyectoria musical. También se llevó todos los premios; La noche finalizó con la presentación de la Sonora Palacios, que cumplía 52 años en la madrugada del 28 de febrero. Obtuvo todos los premios.
La última noche estuvo marcada por las actuaciones de Jessy & Joy, los reggaetoneros Alexis & Fido, y el humor del duo nacional Payahop, además del español Melendi y el puertorriqueño Tommy Torres, en ambos casos representando al jurado.