Estuvimos en Viña un Día: 2011, canal nuevo, Festival nuevo
Llegamos al año 2011, un año marcado por el primer Festival post terremoto, pero también por una licitación que hizo mucho ruido, tal vez demasiado.
La nota es de Emilio Freixas.
Parece mentira, pero hemos llegado casi a la mitad de esta serie de artículos relacionados con el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, vistos desde nuestra experiencia en el certamen en los últimos 12 años.
Una licitación a la baja
Esta vez, hemos llegado al año 2011, un año que se caracterizó no sólo por ser el primer Festival post terremoto (las secuelas del 27 de febrero de 2010 aún estaban latentes), tampoco por quedar fuera del certamen por primera vez en 5 años, sino porque correspondía licitar los derechos de televisación del certamen, un trámite que ya se había visto enrarecido en la previa a partir del anuncio de Canal 13 de no postular por un nuevo período.
En ese contexto, la lectura de las propuestas generó más dudas que certezas, ya que apareció TVN con la insólita cifra de $0 (cero pesos) en el ítem de rentas municipales (monto total, $ 18.130.301.572 ), mientras que Mega no hizo tanto más con una renta de 4.000 UF para los cuatros años (monto total, $ 1.797.392.040). Por su parte, Chilevisión fue la única estación que estuvo más cerca de las expectativas que tenía el municipio, ya que ofreció como renta 56.880 UF ($ 1.196.152.272) y su propuesta global por la concesión 2011-2014 fue de $ 27.682.429.219.
De cualquier forma, la alianza Canal 13-TVN ofertó como renta al municipio en la anterior licitación (2007-2010) 80 mil UF, por lo que las 3 opciones antes mencionadas fueron menores.
Ante ese escenario, no fue difícil dilucidar que Chilevisión finalmente se quedaría con los derechos para el período 2011-2014, sin embargo dicha adjudicación estuvo pendiendo de un hilo en algún momento, ya que la licitación del certamen coincidió con el proceso de venta del otrora canal laico (en ese momento ligado al Presidente Sebastián Piñera antes de asumir su primera administración), el cual finalmente terminó siendo traspasado al fondo de inversión Linzor Capital.
Este hecho fue extremadamente importante para descomprimir el desenlace de la licitación del certamen (el que finalmente fue adjudicado por el Concejo Municipal de la Ciudad Jardín por 7 votos a favor y 4 votos en contra), ya que el entonces concejal Andrés Celis había sugerido la posibilidad de declarar desierto el proceso, e incluso un grupo de diputados había presentado un requerimiento ante la Contraloría General de la República por configurar dicha adjudicación «una eventual infracción al principio de probidad administrativa», algo impensado hasta el día de hoy si tomamos en cuenta la relevancia que tiene el certamen para la ciudad no sólo en términos de turismo, sino que también como importante fuente de ingresos.
Pero ese no fue el único cambio. Con la llegada de Chilevisión, Radio Cooperativa perdió su rol de radio oficial, siendo relevado por el holding Iberoamericana Radio Chile a través de sus radios Pudahuel y ADN, lo que se mantiene en la actualidad.
El Show
Una vez confirmados los nombres de Alex Hernández en la dirección del certamen, y de Rafael Araneda y Eva Gómez en la conducción del mismo, la expectativa por el tenor de los artistas que integrarían el show no fue poca.
Con todo, Sting fue el centro de la atención en Viña 2011 prácticamente desde el momento de su anuncio. Y con mucha razón. Ya que el músico británico se volvía a presentar en la Quinta Vergara por primera vez desde 1982, ocasión en la que se presentó con el desaparecido grupo The Police.
Y lo hizo en grande. Ya que contó con la presencia de la Orquesta Sinfónica de Chile, una actuación que hasta el día de hoy es recordada.
No obstante, el hecho que Sting se retirara del escenario tan pronto terminó su presentación y sin dar lugar al tradicional bis, provocó el enojo de los espectadores que se manifestaron constantemente durante gran parte de la noche.
El toque latino de la edición número 52 del Festival estuvo a cargo del brasileño Roberto Carlos, la mexicana Yuri, el grupo Aventura, el mexicano Marco Antonio Solis, el puertorriqueño Chayanne, el venezolano Carlos Baute, el español Alejandro Sanz y el ex-integrante del duo Sin Bandera, Noel Schajris. La presencia de artistas chilenos estuvo compuesta en esta oportunidad por el grupo Los Jaivas, Américo, y una «cumbre bailable» a cargo de los grupos Villa Cariño y Los Vikings 5.
Tal como en años anteriores, el reggaeton y la música urbana también estaría presente ese año con el cantante Pitbull y el grupo Calle 13.
Finalmente, el humor no sólo volvió en masa a la Quinta Vergara, sino que también protagonizó una fuerte polémica ese año en torno al tipo de humor presentado y su contenido.
Si hacemos memoria, la afirmación no es antojadiza a partir de la recepción del «Monstruo» a quienes tuvieron tan difícil misión: Dino Gordillo salió airoso y Oscar Gangas se cobró revancha tras su fallida presentación de 1998, mientras que el experimentado Ricardo Meruane no pudo con un público implacable que precisamente estaba pidiendo a gritos el regreso de Sting que había abierto los fuegos de la quinta noche. Finalmente, fue Mauricio Flores con su personaje «Tony Esbelt» quien terminó por colocar en aprietos al canal, ya que a partir de una rutina que algunos calificaron abiertamente de «homofóbica», el Consejo Nacional de Televisión recibió 21 denuncias contra Chilevisión, lo cual derivó en una fuerte multa económica.